lunes, 26 de mayo de 2014

Sociedad Taina.


Sociedad taina (modo de producción primitivo).

Los taínos desarrollaron una cultura basada fundamentalmente en la producción agrícola que les permitió incrementar una apreciable actividad artesanal de objetos utilitarios, tales como vasijas y otros recipientes de barro y de madera, hachas de piedra bien pulimentadas, objetos de cestería de fibras vegetales y tejidos de algodón que eran decorados con tintes extraídos de la jagua y de la bija, con los cuales, también se pintaban sus cuerpos en ocasiones especiales.
La recolección de algunos frutos silvestres, la pesca y la caza marginal complementaban la alimentación del pueblo taíno, empleando en tales actividades instrumentos y técnicas que junto al uso práctico y medicinal dado a ciertas plantas, denotan su profundo conocimiento del medio ambiente natural.


Actividades productivas


La caza

Para la caza de las aves y otros animales, tales como quemíes, curíes, hutías, iguanas, caimanes, etc. utilizaron al igual que para la pesa, el arco y la flecha, en cuyo uso eran muy diestros los indios.
En el caso de las hutías y demás roedores, acostumbraban incendiar las sabanas, acorralando a los animales, para cazarlos en un lugar indicado o simplemente recogerlos quemados luego de el incendio.

La pesca
La pesca fue una práctica común de los taínos, motivo para que sus poblados se formaran preferentemente a orillas de mares, ríos y donde abundaban los manglares. Esa actividad, complementaria de su dieta, era realizada con arcos y flechas, anzuelos hechos de hueso o de concha de tortuga, y grandes redes de algodón que sumergían con pesas de piedra.

En la pesca marina usaron el pez guaicano, el cual sujetaban por una cuerda y soltaban de nuevo al mar para capturar otras presas de mayor tamaño a las cuales este pez se adhería fuertemente.


La vivienda


Los poblados taínos eran llamados yucayeques y sus unidades habitacionales fueron los bohíos y caneyes, fabricados de postes de madera que enterraban en el suelo y de cañas sujetadas por bejucos con techos de hojas de palma o paja, dejando en lo alto un respiradero recubierto por un caballete, para la salida del aire y del humo de las brasas que siempre mantenían dentro de las casas. Un solo bohío podía albergar a varias familias, ya que era frecuente entre los taínos que las hijas casadas vivieran en las casas de sus padres.
 
 
 
 
 
Publicado por: Rocío Vásquez.

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