Guerra
Fría.
El
término "guerra fría" fue por primera vez utilizado por
el escritor español Don Juan Manuel en el siglo XIV. En su acepción
moderna fue acuñado por Bernard Baruch, consejero del presidente
Roosevelt, quién utilizó el término en un debate en 1947 y fue
popularizado por el editorialista Walter Lippmann.
Este
concepto designa esencialmente la larga y abierta rivalidad que
enfrentó a EE.UU. y la Unión Soviética y sus respectivos aliados
tras la segunda guerra mundial. Este conflicto fue la clave de las
relaciones internacionales mundiales durante casi medio siglo y se
libró en los frentes político, económica y propagandístico, pero
solo de forma muy limitada en el frente militar.
El
motivo de que la "guerra fría" no se convirtiera en
"caliente" fue la aparición del arma nuclear. Antes de la
bomba, la guerra era, como afirmó Clausewitz, la continuación de la
política por otros medios, tras Hiroshima, la confrontación directa
entre las potencias llevaba a la catástrofe general.
Los
crecientes arsenales nucleares que las superpotencias fueron
acumulando impidieron una guerra directa que nadie hubiera ganado,
sin embargo, EE.UU. y la URSS y sus aliados utilizaron la
intimidación, la propaganda, la subversión, la guerra local
mediante aliados interpuestos...
Iniciada
de forma clara y definitiva en 1947, tras un rápido proceso de
deterioro en las relaciones de los antiguos aliados, la guerra fría
alcanzó su cenit en 1948–53. Tras diversos períodos de distensión
y enfrentamiento, la llegada de Gorbachov al poder en la URSS
desencadenó un proceso que culminará con la desintegración de la
URSS en 1991. La guerra fría había concluido.
Antecedentes
Existe
un cierto desacuerdo sobre cuándo comenzó exactamente la Guerra
Fría. Mientras que la mayoría de historiadores sostienen que empezó
nada más acabar la II Guerra Mundial, otros afirman que los inicios
de la Guerra Fría se remontan al final de la I Guerra Mundial, en
las tensiones que se produjeron entre el Imperio ruso, por un lado, y
el Imperio Británico y los Estados Unidos, por el otro. El choque
ideológico entre comunismo y capitalismo empezó en 1917, tras el
triunfo de la Revolución rusa, de la que Rusia emergió como el
primer país comunista. Este fue uno de los primeros eventos que
provocó erosiones considerables en las relaciones
ruso-estadounidenses.
Algunos
eventos previos al final de I Guerra Mundial fomentaron las sospechas
y recelos entre soviéticos y estadounidenses: la idea bolchevique de
que el capitalismo debía ser derribado por la fuerza para ser
reemplazado por un sistema comunista, la retirada rusa de la I Guerra
Mundial tras la firma del Tratado de Brest-Litovsk con el Segundo
Reich, la intervención estadounidense en apoyo del Movimiento Blanco
durante la Guerra Civil Rusa y el rechazo estadounidense a reconocer
diplomáticamente a la Unión Soviética hasta 1933. Junto a estos
diferentes acontecimientos durante el periodo de entreguerras
agudizaron las sospechas: la firma del Tratado de Rapallo y del Pacto
germano-soviético de no agresión son dos notables ejemplos.
Publicado por: Rocio Vasquez
Publicado por: Rocio Vasquez
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